por Thomas Hübl
editado por Giselle Charbonnier
Todos necesitamos testigos. Lo más doloroso es cuando se inflige dolor a alguien y esto no se ve. Todos necesitamos que nos vean donde está el dolor. Todos necesitamos que alguien vea y reconozca nuestro dolor. Si no, somos nuestros únicos testigos, y nuestras películas siguen rodando internamente porque no hay un lugar externo en el que puedan anclarse.
El trauma es energía que permanece desconectada, encapsulada. Encerrada en una burbuja, se convierte en un movimiento circular. Hay un poder en la forma en que nos sujetamos, en la forma en que nos replegamos y cuidamos de nosotros mismos, y cuando el mundo que nos rodea se vuelve un poco más seguro, o cuando nos hacemos un poco más fuertes, es posible que queramos recuperar nuestra libertad y la plenitud de nuestras fuerzas, pero para ello tenemos que tomar conciencia de nuestros patrones de contracción y repliegue. Una vez que estos patrones se hacen conscientes, nuestro sistema nervioso puede crear espacio alrededor de ellos.
Cuando el trauma es presenciado, la burbuja puede abrirse. Cuando alguien puede decir, sí, me han hecho daño, y duele, duele ser golpeado, o acosado, o intimidado; entonces esto puede abrirse al relacionamiento. Cuando experimentas que alguien es testigo de ti, que aterrizas de forma sentida, que aterrizas en alguien con lo que ha sucedido en ti, con lo que te toca; a partir de eso puede ocurrir una liberación, se puede soltar una carga, y puede ocurrir una apertura. Una puerta esencial puede empezar a abrirse.
Siempre es importante comprobar si el compartir es algo sentido, de lo contrario, una parte de nosotros puede no estar integrada en la conversación. Es importante que, como comunidad, tengamos esto en nuestra pantalla, que lo notemos, porque la transformación se produce al profundizar en la relación.
Una transgresión de la ley divina tiene que ser presenciada para ser reintegrada. Necesita de alguien que la vea y la sienta. Esto es, por supuesto, la base de muchas técnicas terapéuticas, pero es también el fundamento del ser humano.
Este artículo un extracto de una conversación entre Thomas y
uno de sus alumnos que sufrió experiencias traumáticas en su infancia.
Editado con permiso de Thomas Hübl